La timba como forma de hacer patria

 El Gobierno, a través de una resolución de la Comisión Nacional de Valores ya publicada en el Boletín Oficial, habilita a menores de 13 años en adelante a realizar operaciones, comprar titulos, bonos y toda una serie de operaciones financieras mucho mas complejas que aquellas que hasta la fecha tenían habilitadas

 De esta forma, a los menores de edad se les permitirá comprar Cedears, obligaciones negociables, hacer cauciones, comprar y vender acciones o bonos. Estamos hablando de pibxs de 13 años. La timba como forma de hacer patria. La especulación como método de acumulación.

Como pasamos de pensar en planes Conectar Igualdad, en enseñar en las escuelas programación (como resolviera el Consejo Federal de Educación) como actividad estratégica en la formación de nuestros pibes y pibas a simplemente habilitarles la timba financiera, educando para la especulación y soñando con algún golpe de suerte de mercado que los saque, a ese 62 por ciento de esos menores, de la pobreza? Por si todavía no lo registramos como sociedad, para los niños y niñas de 13 años la única inversión posible en la bolsa de cereales debiera ser elegir entre Zucaritas o FrootsLoops

El Gobierno habilitando este saqueo infame a nuestros pibes es lo mas parecido a una organización mafiosa ensañada en estafarlos con esa especie de esquemas Ponzi en donde pocos ganan y una inmensa mayoría pierde. Porque es el Estado el que esta vendiéndole espejitos de colores a chicos que hoy están en situaciones muy precarias, los que no pueden ingresar al mercado laboral,  expulsados, marginados, tratando de hacer una changa repartiendo comida en una bicicleta, con poca expectativa de ingresar en un trabajo y tener dinero. Pibes y pibas con padres empobrecidos que ya están endeudados con las apps y billeteras virtuales, tratando de sacar un mango de donde sea. El verso de la educación financiera, del enseñarles mecanismos de ahorro a los pibes que a duras penas llegan a comer una vez al día, a pibxs que tienen a flor de piel el deseo de consumo (como todo lo instalado en esta vida posmoderna) pero que ni por asomo pueden acceder a las "altas llantas".

Así, el Estado que gestiona Milei lo pone en la misma linea de perversión que toda esa chantada que ahora está de moda: ser "trader", invertir en la bolsa, en bitcoins. En internet hay miles de inescrupulosos vendedores de ilusiones que enseñan a hacerlo y que encandilan a jóvenes y no tan jóvenes diciéndoles que pueden llevar "la vida de sus sueños" gracias a la especulación, a la que ahora llaman "educación financiera". Milei a convertido el Estado Nacional en eso, en una gran farsa que tiene por objetivo embaucar a millones, saquearlos de lo poco que les queda, sin ningún tipo de miramientos. Les da lo mismo sacarle los pocos pesos que les quedan a un puñado de viejos jubilados o a una manada de adolescentes con ganas de cambiar el horizonte de su vida.

No hay diferencia entre timbear el resultado de un partido de fútbol en plataformas de apuesta online ilegales e invertir de verdad en activos financieros regulados del mercado de valores cuando tenes apenas 13 años de edad

No es un dato menor contemplar este tipo de medidas en el momento en donde esta detonada la problemática de la ludopatía sobre todo en este grupo etario. Atravesamos un momento en donde la timba "online" oficial para mayores esta en el tope de demanda y, aunque absolutamente ilegal para menores de 18, sabemos que a pesar de ello esta desmadrada la situación entre nuestros chicos y chicas. En la actualidad hay un marcado crecimiento de las apuestas deportivas (el 44 por ciento de los jóvenes bonaerenses apuesta o apostó al menos una vez), a la vez que el propio sistema educativo (ya sea privado o público) remarca el déficit en la lectocomprensión de los estudiantes. Hay una marcada solución de continuidad entre la ludopatía reinante en la actualidad y la timba financiera. Y ahí aparece el gobierno de Milei, para apagar este incendio con nafta de avión.

Sin ningún tipo de regulación estatal para las apuestas, en una sociedad en crisis que no propone un proyecto de país que incluya a los jóvenes, la ludopatía digital crece en esta población en Argentina, incrementándose exponencialmente luego de la pandemia

Este fenómeno va de la mano de la creencia social de que en el mundo virtual no hay intereses y proyectos políticos en juego. Proyectos políticos, para los que la transmisión del ideario de la libertad – liberal, del individualismo, la timba (lo financiero especulativo vs. lo productivo), son estratégicos en el sostenimiento de los altos grados de desigualdad social.

Se promueve la desregulación total de las relaciones sociales para instalar las nuevas mediaciones digitales hegemónicas corporativas. La timba o la inversión en criptomonedas privadas son la alternativa a la falta de trabajo. Estas alternativas corporativas instalan el nuevo “sueño americano” de triunfar con un golpe de suerte "financiero y digital”.

Algunos autores están poniendo en discusión la idea de que los valores de la productividad, la estabilidad, el sostenimiento de procesos educativos o personales no son un camino viable para las nuevas generaciones. El fin, objetivo liberal de querer tener dinero le ganó al proceso de producción a través del trabajo: se quiere tener dinero, pero no trabajando.

Ni siquiera en nombre de la libertad pueden garantizar ese principio tan básico del interés superior del niño, que nos dicta que todas las decisiones que se tomen en relación a un niño, niña o adolescente deben ir orientadas a su bienestar y pleno ejercicio de derechos. Así, nunca un gobierno fue tan duro contra los pibes como lo viene demostrando día a día Milei y los suyos: ni garantizar un plato de comida, ni garantizar el pleno ejercicio educativo, y con esta medida no solo descuidándolos, sino siendo actores fundamentales de una estafa en contra del bolsillo y las ilusiones de una enorme cantidad de jóvenes

Que se habilite esto, es una verdadera locura. Habilitar esto es de una insensibilidad supina. Habilitar esto es un abuso y es deshonesto. Habilitar y fomentar lo que se viene, es sencillamente, una obra de un puñado de hijos de puta

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