La bravuconada como hecho político
Hay un gran hilo conductor entre el "hijo de re mil puta" destinado al fallecido Gines González García, el clavo en el cajón con CFK adentro, el absurdo de un Alfonsín golpista emitidos por Milei, el ataque a artistas que osen no congraciarse con el gobierno con campañas virulentas en la plataforma X y hasta con censura de shows (como el caso de Milo J), al "le voy a sacar hasta las muelas a estos periodistas de mierda" del espécimen libertario local que habita el Concejo Deliberante.
El silencio cómplice y cobarde de sectores que se declaran democráticos causa tanto (o más) daño que los hechos mismos, porque si no hay repudio, si no hay acción continente que ponga frenos a esta escalada de violencia, es similar a que esto se fomente y se potencie. Quien se esconde en el silencio es tan responsable como quien ejerce e impulsa una agenda denigratoria, estigmatizante y feroz.
Hay irresponsabilidad expresa en ambos grupos. Estamos a pocos sucesos de una escalada incontrolable en donde la violencia simbólica se convierta en física, siendo el triunfo mas grande de aquellos que profesan la antipolítica.
La política es derrotada cuando los conflictos se comienzan a dirimir primero, con escasos argumentos, cuando alcanzan 20 segundos de un tik-tok pasteurizado y efectista sin sustancia y, por último cuando deja de mediar la palabra para dar paso a acciones concretas violentas.
En este estado de fragilidad cuando la sociedad (o gran parte de ella) se ve arrinconada cada vez más, es que en algún momento entrampados se sale para adelante rompiendo todo o sucumbiendo.
No hay destino común en una batalla cultural en la que se disponen sencillamente a romper todos los valores democráticos que funcionan como anclajes para la convivencia como la solidaridad, la igualdad, la empatía, la justicia social y la protección de los mas vulnerables y vulnerados garantizando un piso de derechos.
Romper todos los puentes. Destrozar los cimientos en los que se asienta nuestra convivencia democrática.
No se puede convivir y armonizar con un ejercito de talibanes serviles a un proyecto destructivo que creen que la calle es twitter. Y claramente no. Eso es sumamente peligroso tanto por lo que genera como por las respuestas que, mas temprano que tarde, van despertando.
Desde el Gordo Dan pidiendo "un F16 sobrevolando el Congreso" o "los tanques a la calle", hasta el picante (mas conocidos por ser corredor de 100 metros libres) Fran Fijap pidiendo" dinamitar el Congreso con diputados y senadores adentro". Literalmente estos personajes nefastos solicitaron, ademas, "organizar milicias populares, entregando armamento a ciudadanos para facilitar el cierre del Congreso".
No importa qué. No importa a quién. No importa cuando. Los insultos, las descalificaciones y la mentira descarada va continuamente dirigida a opositores, artistas, docentes, periodistas, "vecinos de a pie". Construyeron un modus operandi cotidiano que va tensionando cada vez más a una sociedad ya castigada por continuos ajustes, por la escalada recesiva y la amenaza diaria de caer cada vez mas abajo en la escala de pobreza.
Mientras tanto allí, al alcance de la mano, ésta cotidianeidad tienta todos los días, a cada instante, a pagar con la misma moneda y romper todo haciendo de este incendio un gran infierno del que no sabremos como escapar.
Y por casa???
A su vez, hay un correlato local perverso en donde algunos oportunistas en nombre del peronismo acompañan al oficialismo. Sin el peronómetro en la mano, y aún a pesar de eso, hay que romper con la farsa que se intenta imponer: No hay peronista que lo siga siendo cuando no levanta las históricas banderas de la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.
Ver las sesiones, descargar las actas, hacer un seguimiento legislativo de que se presenta y como se vota, y la farsa queda completamente al descubierto. Un espacio que a duras penas puede quedar representado en su concejal que responde exclusivamente a un guion definido previamente para subir a sus redes sociales los escasos 30 segundos que pueden durar sus intervenciones. Jamas un relato pormenorizado de un argumento, mucho menos un análisis que exceda a la chicana berreta y soez. Y un oficialismo que desde las bancas de concejales, se dedica exclusivamente a proteger a un ejecutivo cada vez mas cartelizado y siniestro en su forma de actuar. Un oficialismo mudo (salvo su presidente de bloque y el aspirante a serlo) que juega a enmudecer el recinto anulando debates continuamente.
Responder con más democracia, reafirmando y difundiendo los valores denostados e interpelando a la sociedad para que se involucre, sin miedo a la confrontación y al disenso, que son una parte esencial de la construcción de ciudadanía y de la política misma.
El freno a la violencia de Milei solo puede ponerlo la sociedad en su conjunto, rechazando y aislando los discursos violentos.
Un cantautor español escribió alguna vez que "el arma que te ha matao, la ha fabricado un comerciante honrao". Que en nombre de la libertad, no estemos cavando nuestra propia tumba, porque nunca pero absolutamente nunca, vamos a formar parte de la procesión de nuestro propio entierro.
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