Capital Nacional de la Nada

No se puede gobernar desde la insensibilidad. o al menos, no deberíamos aceptar ese tipo de gestiones. No se puede gobernar sin escuchar a un otro que piensa distinto. No se puede conducir a un destino de grandeza a una ciudad cuando solamente es un proyecto para algunos
 
Como comunidad, como vecinos, como campanenses nos preguntamos muchas veces (y cada vez mas seguido) como resiste un gobierno local que mantiene a sus trabajadores al limite de la línea de pobreza, maltratando a quien atina a levantar la voz por un reclamo de condiciones de trabajo mínimas? Como resiste Abella a la cantidad de muestras de falta de transparencia a niveles exorbitantes, donde proveedores amigos/socios que en su vida vendieron siquiera un paquete de rúcula terminan facturando millones de buenas a primera? Como sus funcionarios que, en este momento están siendo allanados por diversos motivos que van desde la miserabilidad de quedarse con propiedades que no les son propias hasta las aberrantes causas por abusos sexuales y violaciones siguen siendo sostenidos desde un silencio cómplice? Como sale indemne un intendente de una de las ciudades mas importantes de todo el cordón industrial norte cuando sus trabajadores vienen quedando en la calle en un sangrado constante de fuerza de trabajo cesante y desde el Municipio sólo hay un ensordecedor silencio, donde no hay ni un gesto de solidaridad o preocupación?
 
Un gobierno local que se instala a costa de repeticiones de mantras que lo mantienen a flote. Una gestión desgastada y atravesada por funcionarios de primera y segunda linea que obscenamente "acumulan reservas" en sus cuentas personales. Una forma de gestionar hacia adentro (y hacia afuera) a pura billetera y amenaza. Una unidad de gestión cuasi familiar que construye, moldea y piensa para sí la ciudad, sin miradas disonantes o alternativas, sin un otro, sin participación, sin colectivo.
Un apéndice de la gestión, como es el HCD, que solo se dedica a tirarse sobre la granada y/o cuidarle el culo al intendente y sus funcionarios.Un órgano donde nada se discute, donde no hay interlocutores sino pequeños hombrecitos con ínfulas de patrón de estancia. Un lugar donde no importa la verdad, sino todo lo contrario. Un lugar donde la única dinámica es apostar a una absoluta nada.
     
No hay destino posible en ningún gobierno que no escucha el mensaje de las urnas. No hay posibilidad alguna de mejorar o avanzar con aquellos que no entienden como la realidad se les impone. La única alternativa es ponerle fin a este proceso de degradación que, mas temprano que tarde, va a llevarse puesta a la sociedad Campanense.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La necesidad de un límite institucional: romper con la vetocracia

La bravuconada como hecho político

Juegan a "Primero Yo, después también yo, y las migas para mi!"